Matar es fácil.
Basta apuntar, hacer un cálculo al vuelo
Y mover un dedo, uno, apenas uno.
Fácil es sobreponerse al cuerpo que cae
Con la sensación de poder que confiere el engaño
De creernos dioses perversos, funerarias ambulantes.
Fácil escoger al azar la víctima,
Fácil de nuevo apuntar, cálculo al vuelo,
Fácil olvidar si es la quinta, la enésima vez.
Fácil sentirse alguien ¿alguien? con el arma entre las manos
Deambulando con el horror como una medalla ganada
En la batalla de los cobardes.
Fijándose bien, hasta fácil es inventarse el odio
O creerse la máxima de que eliminando personas
Acabarán las ideas de los que no piensan igual;
Es fácil el odio, fácil dar razones para justificarlo.
¿Sabes qué es difícil?
Pensar qué harías si no empuñaras el arma
Y tuvieras que enfrentarte tú a ti mismo,
A tus sueños –que seguro tienes –, a tu familia sin ti
Y a tu familia a tu lado,
A tu necesidad de vivir y a tu aferramiento a la vida.
Lo que no es fácil es pensar en el otro.
El otro que eres tú, también.
Todo asesino es un cobarde
Que huye, –disparando balas, blandiendo cuchillos–
Del temor a verse en un espejo, a perder.
Autor: Enrique Patiño
Identificación: C.C: 85.461.451, de Santa Marta
Profesión: Periodista cultural de la revista Semana
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